Discapacidad y
modelos de estilo parentales
La discapacidad
ha sido entendida de manera diferente a lo largo del tiempo. Si nos remontamos
siglos atrás, el nacimiento de un niño o niña con alguna discapacidad suponía
una divinidad a la que había que sacrificar o salvar. La visión que tenga la
sociedad sobre ellos dependerá de la cultura donde nazcan niños con patologías
cognitivas o físicas limitadas. Hay que tener en cuenta que la iglesia ha
tenido un proceso evolutivo al pasar de creer que estos nacimientos eran
asociados a un milagro o la oportunidad para conseguir “ser un buen cristiano”
a que la fe puede resultar ser una potencialidad para la autorrealización de
padres y madres a la hora de establecer un proyecto de vida para su hijo/a.
Si hablamos en
el contexto educativo, la sociedad está cambiando la percepción de los niños
con discapacidad. Los niños y niñas con problemas que se pueden curar o reparar
ahora son niños y niñas que tienen derechos y oportunidades para estudiar de
forma equitativa. Según Manjarrés (2012) para llegar a este hecho, los padres y
madres desde los años 60 han desarrollado en gran mayoría destrezas y
habilidades que permitan a los niños y niñas con discapacidades llegar a la
meta, no será otra que la de ser independientes. Este logro no está asociado a
una edad, ya que puede requerir que esas competencias sean conformadas en
cualquier momento de su vida.
Al igual que los
padres desarrollan sus habilidades partiendo de los procesos psicosociales que
se producen (creencias, pautas y prácticas), la figura del docente debe
adquirir las competencias necesarias para obtener un exitoso resultado de
aprendizaje e inclusión en el sistema educativo. Este cambio de concienciación
se produce gracias a libros como por ejemplo la “Declaración de los Derechos de
las Personas con Retardo Mental” (1971) o el “Plan de Acción Mundial para las
Personas con Discapacidad (1982)”. Cuando se habla de evolución, el docente o la
docente no debe partir solo de los niños o niñas con discapacidades que
encuentre en el aula, también debe conocer los modelos de estilos parentales
para poder comprender mejor las respuestas que dan sus alumnos en el aula.
Según Aguirre (2000), los MEPD (modelo de estilo parental en la discapacidad)
condicionará significativamente el carácter, personalidad, actitud y
dependencia del niño. No es lo mismo un niño o niña discapacitado/a con un
estilo dominado-distante en el que la visión paternal es médico-reparadora y no
ofrece afecto a su hijo, que un estilo impulsador-reflexivo en el que la figura
paternal cree en un proyecto de vida y la autorrealización de los padres,
brindándole así espacio personal, motivación intrínseca, normas negociadas,
afecto…
Estudiados los
MEPD y su intervención en el sistema educativo, los docentes deben permanecer
en continua formación y aprendizaje. En este caso, se puede decir que tenemos
que adquirir conocimientos propios del campo de la medicina para detectar qué
causas pueden producir una respuesta ambigua de un alumno/a con discapacidad.
Uno de los
paradigmas que debemos aplicar desde el punto de vista del docente es el estilo
cognitivo reflexividad-impulsividad en alumnos con alto nivel intelectual. Este
modelo nos permitirá discernir los tipos de pensamiento que podemos detectar en
las aulas, no solo con pruebas como los test de coeficiente intelectual, sino
en evaluaciones con técnicas observacionales donde podemos detectar tiempos de
respuesta largos con pocos errores o en cambio tiempos más rápidos de
respuesta, pero con mayor número de errores. Cuando observemos resultados fuera
de lo común, hablando desde una “visión normalizadora-asistencialista”,
entraremos en escena como figura de docente para convertirnos en guía de los
alumnos con y sin discapacidades fomentando la participación y colaboración.
Así conseguiremos que la educación para ellos sea una experiencia inclusiva.
Por lo tanto, el
docente se convertirá en figura paternal para comprender, elegir un estilo, aplicar
y guiar a los alumnos con discapacidades a lograr un proyecto de vida. Para que
se dé este hecho, debemos encontrarnos en armonía con la figura paterna o su
representación paterna, ya que sin el apoyo de los padres por creencias y
cánones cimentados será muy difícil conseguirlo.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
1.
Cruz Vadillo, R. (2020). Educación inclusiva, profesores y estudiantes con
discapacidad: una mirada desde lo relacional. Sinéctica no.53
Tlaquepaque. Recuperado de: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-109X2019000200004
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Ramiro, P; Navarro, J.I; Menacho I; and Aguilar,M. (2010). Estilo cognitivo
reflexividad-impulsividad en escolares con alto nivel intelectual.
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3.
<a href="https://www.freepik.es/vector-gratis/conjunto-iconos-educacion-inclusiva-color-dibujos-animados-ninos-discapacitados-aprender-jugar-ilustracion_7251193.htm#query=discapacidad%20ni%C3%B1os&position=3&from_view=search&track=sph">Imagen
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